miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ideas sobre la familia


Ideas sobre la familia
Álvaro Fuentes Trullenque
Falto de ideas para el ensayo, me lanzo a buscar frases sobre la familia en Google. Clickeo en el primer enlace y me salen unas cuantas frases, todas muy buenas, merecedoras de un ensayo cada una. Pero ya al leer unas cuantas veo que hay muchos puntos en común. Al parecer la familia frecuentemente se relaciona con tres ideas: la importancia de la labor de los padres , la familia como verdadera fuente de amor y el abandono de los padres. En estas tres ideas voy a centrar mi ensayo.
La importancia de la labor de los padres. Ser padre te cambia la vida, no porque tengas un hijo, sino porque tienes sacrificarte por el bien de otra persona. Ser padre implica educar a una persona y cuidarla, cosa que conlleva dar ejemplo durante todo el día y procurar hacer todo lo posible para que su hijo viva igual o mejor que él. Como podemos ver esta tarea no es nada fácil y probablemente todos la fallaremos en algún momento, pero eso nunca pasará a mayores si tenemos la voluntad de hacerlo. Así podremos corregir nuestros errores y procurar día a día ser mejores padres. Pero esta voluntad no surge de forma racional, ya que la misma razón nos diría: “mejor sigue tu solo”. Toda la voluntad de ser mejor padre nace del amor por la familia.
La familia como verdadera fuente de amor. Efectivamente, la familia es el lugar del amor por excelencia. Muchos autores pueden asegurar que la verdadera amistad solo surge en la familia y que la sangre es el lazo más fuerte. El hogar es el lugar donde todos tus actos se pueden regir por amor, desde ayudar a tu hermano con la tarea, hasta hacer la cama. No te van a pagar y tampoco te lo agradecerán enérgicamente, ni falta que hace. Y ¿cuál es la explicación de este amor incondicional? La única explicación válida es que la familia es fundada en el amor de los padres, ese es el pegamento que la mantiene unida, de ahí se crea la voluntad en el hijo de hacer las propias acciones por amor. Este punto nos enlaza con la tercera idea.
El abandono de los padres. La falta de amor entre los padres produce la ruptura de la pareja. Cuando no se tienen hijos es un duro golpe, pero cuando ya los hay pasa a ser un duro golpe para ellos. Esta situación está a la orden del día, España lleva unos cuantos años con la ley de divorcios Express. Y, claramente, esto afecta mucho a una familia, ya que se pierde la confianza en los padres - “si mamá ya no quiere a papá tampoco me querrá a mí”-. Los niños se pueden creer culpables y, quieran o no, van a ser separados de uno de sus progenitores.
 Otra clase de abandono es la indiferencia ante los hijos, sus causas son diversas: trabajo, depresión, inmadurez del padre, … aunque puede que sea algo difícil de explicarse, la única razón por la que un padre pase de un hijo es la inconciencia. Esta se va adquiriendo de forma gradual, poco a poco pensamos menos en él, hasta que llegamos a una situación en la que ni siquiera nos importa dónde esté. Pero hay que resaltar que en todos los casos los más afectados son los hijos.
La verdad es que para mí la familia es la razón de nuestras vidas, de ella provenimos, aprendemos de nuestros padres y hermanos a ver la vida de una forma determinada. Y crecemos con la ilusión de transmitir nuestras enseñanzas mas íntimas. Primero

jueves, 10 de noviembre de 2011

Vivir para el semestre, el trimestre, la evaluación o como quiera que la llamen


Desde que entramos en el sistema educativo, nuestra vida se ve forzada a llevar un ritmo, todas nuestras acciones y esfuerzos se ven encaminadas hacia un mismo fin: terminar el semestre.
 El famoso semestre va cambiando de nombre y apariencia con los años. En Chile, lugar dónde inicie mis estudios, es más conocido por trimestre, ya que son períodos de tres meses. Al venir a España descubrí que recibía el nombre de evaluación. Esto se debe a que una característica del semestre es acabar con un examen de evaluación. Finalmente, en la universidad adquiere el nombre de cuatrimestre. En esta última etapa el semestre está en su plenitud, su longitud es máxima, cuatro meses, y su final es apoteósico, con exámenes que acaban con las cabezas de los estudiantes por su gran extensión de contenidos.
Aunque a todos nos pasa igual, son pocos los precavidos que, valorando las consecuencias, eligen dedicarse por completo, o al menos lo necesario, para sacarlo a la primera. Estudian todos los días, van a clases y tienen unos apuntes envidiables. Se resignan a vivir por y para él, y le ganan la partida. Por otro lado están los optimistas: viven el semestre de forma alegre, confían en sus posibilidades, pero saben que al final de este más les vale hacer un esfuerzo titánico o sucumbirán ante su poder. Esto último les suele pasar y si tienen suerte, aprenden la lección. Por último, existen los superhombres que viven para el semestre pero tienen que hacer infinidad de cosas para lograrlo. Combinan con éxito trabajo, estudios y sociabilidad. Es posible que no abunden en la jungla del campus, pero no es una especie en extinción; al contrario, son los más fuertes.
Caso aparte son los derrotados. No los llamo así porque piense que son unos fracasados, es más, me identifico con ellos. A estas personas les pudo algún semestre en su vida y los destrozó. Toda la vida de ellos se vio envuelta en un gran fracaso, y en ese momento se dan cuenta de la influencia que tiene. No han conseguido algo que se han propuesto, su deber, y les acecha una sensación de Apocalipsis: la vida no tiene sentido. En ese momento dudan de todo, incluso llegas a pensar en dejarlo y empezar una nueva vida en el Tíbet junto a los monjes. Y es que probablemente ése sea el primer gran fracaso de su vida y, aunque lo hagan de forma conciente, seguirán sintiéndose mal. Esto les puede causar grandes cambios en una vida, tanto para mal como para bien. Les hace reflexionar sobre lo que has hecho y el estilo de vida que has llevado. “Quizás le estás dando demasiada importancia a los estudios”, les podrán decir,- ¡pero es que es mi futuro el que está en juego!- pensarán ellos
Así es la vida del estudiante, y estoy seguro de que muchos tenemos esto en común. Podemos aparentar que no nos preocupa, pero a las nueve de la mañana nos veremos en clase, o si no en Junio.  Va pasando el tiempo y nos vamos cansando, queremos dejar de estudiar y de ser evaluados para, por fin, hacer lo que de verdad nos gusta. No me refiero a vaguear, sino a conseguir nuestros sueños. Dudo que el sueño de alguien sea sacarse la carrera  con honores. Aun así empleamos el mejor momento de nuestras vidas estudiando, porque no sabemos qué es lo que realmente nos enamora y confiamos en que sea la carrera que hemos elegido.
Para terminar quiero transmitir que no debemos vivir para el semestre: debemos vivir para realizar nuestros sueños y que sacar el curso no tiene que ser más que una forma de conseguirlo. Y si no es así, creo que es mejor que lo dejes.

Tópicos de la juventud


En el libro “Invitación a pensar” para variar la juventud sufre una fuerte crítica. La crítica a la juventud es un tópico que estoy cansado de escuchar, ya sé que no pensamos, que no tenemos visión de futuro, que estamos todo el día distraídos con los videojuegos, Internet, la televisión, el fútbol, los cotilleos o actualizando nuestro estado de tuenti. Es verdad, tienen toda la razón, pasamos la mayor parte del tiempo hablando de cosas sin relevancia, y nos creemos todo lo que nos dice la televisión y los periódicos. Seguimos las modas, enseñamos los calzoncillos, incluso podemos llegar a ir totalmente desastrados. La mayoría bebemos sin ningún control, bailamos como pordioseros, y efectivamente, nos sentimos solos y deprimidos. Esa es nuestra vida, un auténtico desastre, un callejón que no tiene salida, vamos de culo, cuesta abajo y sin frenos. Lo peor de la raza humana se concentra en nosotros.
Pero si miramos hacia atrás, tampoco creo que seamos los peores de la historia ya que el “Carpe diem”, esa filosofía de vida que exalta los placeres, no fue inventada por nosotros, tampoco creo que la inventaran los griegos. No me quiero ni imaginar las atrocidades que haría un joven bárbaro, o como las liaría mi abuelo en el ejército con tal de "disfrutar el momento". Sin duda, me quedaría  corto.
Por otro lado, hablamos de una mayoría de jóvenes, esa mayoría es impuesta por los adultos, ya que todos sabemos que no somos ningún desastre. Puede que no hable por mí, pero conozco a muchos que son personas más que admirables, cultas, graciosas y alegres. Y los adultos también las conocen. En el fondo nos admiran a todos los jóvenes. Porque muchos defectos que ven en nosotros los tienen ellos. En pocas palabras el ser humano en general es un desastre, somos vagos, soberbios y avariciosos hasta la vejez.
Ahora bien, aun se nos puede decir que tenemos miedo al compromiso, la pregunta es quién no lo tiene. Puedo jurar que a nadie le gusta tener que pagar una hipoteca, ese es un gran compromiso. En cierto modo aprovechamos y nos escapamos de esos compromisos todo lo que podemos, por eso la juventud sigue hasta los 35 años. Y es que son los compromisos los que unen a las personas, son los que dan sentido a la vida pero mientras se nos mantenga o mientras podamos seguir una forma de vida sin grandes compromisos, seguramente la llevaremos.
Otra idea que me llamo la atención del libro, fue la de los jóvenes como nuevos románticos, y es que la juventud a mi modo de ver es la lucha contra los sentimientos, parecemos fuertes pero en cualquier momento podemos caer ante su poder, no controlamos los sentimientos, vivimos por y para ellos. Y cuando finalmente los llegamos a dominar, dejamos de ser jóvenes para ser personas maduras. Nos apasionan las cosas y las personas, hoy mismo me dediqué a revisar todos los estados de mis contactos en tuenti y un 70% de los escritos eran amor. Por lo que se escribía parecía amor verdadero, la gente gasta gran parte de su tiempo y de su creación literaria en el amor, parece que con el paso del tiempo los jóvenes no seguimos siendo muy distintos en gustos respecto a la creación literaria.
En conclusión, la juventud es una etapa de nuestra vida en la que nos equivocamos, experimentamos y aprendemos a ser como somos. Es normal que nos critiquen porque no tenemos la experiencia de ellos, pero tienen que tener fe en nosotros, ya que todas las cosas que nos dicen forma la voz de nuestra conciencia.

600 palabras que intentan resumir mi vida (autobiografía autorizada)

Me llamo Álvaro Fuentes Trullenque, nací un 17 de Octubre de 1989 en Santiago de Chile. Fui el sexto de seis hermanos, sí, todos hombres, y sí, pobre madre. Mi nacimiento vino acompañado de otro gran cambio para mi familia ya que dejamos nuestra antigua casa por una mas grande y mejor situada. 

Mis primeros años de vida fueron muy normales, hacia los 4 años entré en el jardín infantil “Las tortugas”. Fui el primero de mi familia en acudir a este tipo de centros ya que mi madre estaba muy ocupada. Allí recuerdo que hice a mi primer amigo y a mi primera enemiga. Ya pasado un año ingresé en el kindergarden “Cantagallo” donde ya conocí a los que serían mis futuros compañeros de colegio. Lamentablemente, solo me vienen recuerdos malos del kindergarden, ya que lloré mucho el primer día, cosa que se repitió cuando pusieron "El Rey león", además, me hice pis en los pantalones después de que cinco compañeros se lanzaran sobre mi. Pero aparte de estas incidencias recuerdo que fue un tiempo feliz.

Mientras, en casa era un chico bastante introvertido pero no por miedo a los demás, mas bien era porque disfrutaba jugando solo. De cualquier manera mi hermano Josemaría era muy, pero que muy, hablador y siempre captaba toda la atención, tanto para bien como para mal. En cierto modo, durante toda mi infancia desarrollé un fuerte sentimiento de envidia hacia mi hermano, ya que simpre fue más alto, más ágil y más inteligente que yo.

Ya comenzado el colegio defraudé por primera vez a mi madre. Resulta que todos mis hermanos siempre fueron, al menos en primaria, alumnos de dieces. Mientras que yo fui mas bien un alumno mediocre, pasaba las horas en mi mundo imaginario, perdiendo una y otra vez todo el material escolar. Ninguna clase realmente me gustaba, más que artes plásticas o música, pero nunca hice nada en casa de con iniciativa propia, respecto a los estudios claramente. La medida que tomó mi madre fue poner a mi hermano Sebastián como tutor mío, pasó a controlar mis tareas y mi progreso, pero mis notas no mejoraron que yo recuerde. Tengo que resaltar que un curso lo llegué a pasar gracias a que sufrí un accidente saltando haciendo salto de pértiga.

Gracias a ese accidente mis padres me compraron una batería, principalmente porque llevaba mucho tiempo cansándoles con el tema y vieron que era una buena oportunidad. Aprendí a tocarla solo y ella abrió todo mi interés por la música. Pero esto no duraría mucho ya que mis padres decidieron emigrar a Pamplona bajo el consejo de unos amigos, y toda la vida que conocía cambió radicalmente.

Ya en Pamplona comencé en 1º de la ESO, me adapté muy bien al sistema ya que mi colegio era casi igual al de aquí y, aunque no se lo crean mi rendimiento mejoró. Pasados los años tuve la suerte de hacer un buen grupo de amigos en el colegio, con los cuales sigo quedando y acabé el colegio de forma satisfactoria.

Finalmente, acabé en la Universidad de Navarra gracias a la insistencia de mi padre, quien también quería que estudiase magisterio, y como yo no sabía qué hacer decidí hacerle caso. Gracias a Dios no me equivoqué y ahora estoy cursando 3º de carrera. Ahora soy un joven aficionado a la música que espera dar clases dentro de poco para enseñar a los niños todo lo que he aprendido.

Título del blog

Saludos a todos los que inviertan su tiempo leyendo esta entrada. El motivo de su escritura no es otro que el del propio título del blog. 
La historia es simple, fue lo primero decente que se me ocurrió. La frase no es mía, sino que es el estribillo de una canción de mi grupo favorito: Pixies. Algún día hablaré de el. Respecto a la canción nada especial, no es mi canción favorita, pero me gusta, fue la primera que me vino a mente. Habla de un predicador pero no es necesario sacarle un sentido ya que los temas de este grupo son muy surrealistas, así que os recomiendo que simplemente os dejéis llevar por la música y por las imágenes que os sugieran, como todo arte surrealista...