Me llamo Álvaro Fuentes Trullenque, nací un 17 de Octubre de 1989 en Santiago de Chile. Fui el sexto de seis hermanos, sí, todos hombres, y sí, pobre madre. Mi nacimiento vino acompañado de otro gran cambio para mi familia ya que dejamos nuestra antigua casa por una mas grande y mejor situada.
Mis primeros años de vida fueron muy normales, hacia los 4 años entré en el jardín infantil “Las tortugas”. Fui el primero de mi familia en acudir a este tipo de centros ya que mi madre estaba muy ocupada. Allí recuerdo que hice a mi primer amigo y a mi primera enemiga. Ya pasado un año ingresé en el kindergarden “Cantagallo” donde ya conocí a los que serían mis futuros compañeros de colegio. Lamentablemente, solo me vienen recuerdos malos del kindergarden, ya que lloré mucho el primer día, cosa que se repitió cuando pusieron "El Rey león", además, me hice pis en los pantalones después de que cinco compañeros se lanzaran sobre mi. Pero aparte de estas incidencias recuerdo que fue un tiempo feliz.
Mientras, en casa era un chico bastante introvertido pero no por miedo a los demás, mas bien era porque disfrutaba jugando solo. De cualquier manera mi hermano Josemaría era muy, pero que muy, hablador y siempre captaba toda la atención, tanto para bien como para mal. En cierto modo, durante toda mi infancia desarrollé un fuerte sentimiento de envidia hacia mi hermano, ya que simpre fue más alto, más ágil y más inteligente que yo.
Ya comenzado el colegio defraudé por primera vez a mi madre. Resulta que todos mis hermanos siempre fueron, al menos en primaria, alumnos de dieces. Mientras que yo fui mas bien un alumno mediocre, pasaba las horas en mi mundo imaginario, perdiendo una y otra vez todo el material escolar. Ninguna clase realmente me gustaba, más que artes plásticas o música, pero nunca hice nada en casa de con iniciativa propia, respecto a los estudios claramente. La medida que tomó mi madre fue poner a mi hermano Sebastián como tutor mío, pasó a controlar mis tareas y mi progreso, pero mis notas no mejoraron que yo recuerde. Tengo que resaltar que un curso lo llegué a pasar gracias a que sufrí un accidente saltando haciendo salto de pértiga.
Gracias a ese accidente mis padres me compraron una batería, principalmente porque llevaba mucho tiempo cansándoles con el tema y vieron que era una buena oportunidad. Aprendí a tocarla solo y ella abrió todo mi interés por la música. Pero esto no duraría mucho ya que mis padres decidieron emigrar a Pamplona bajo el consejo de unos amigos, y toda la vida que conocía cambió radicalmente.
Ya en Pamplona comencé en 1º de la ESO, me adapté muy bien al sistema ya que mi colegio era casi igual al de aquí y, aunque no se lo crean mi rendimiento mejoró. Pasados los años tuve la suerte de hacer un buen grupo de amigos en el colegio, con los cuales sigo quedando y acabé el colegio de forma satisfactoria.
Finalmente, acabé en la Universidad de Navarra gracias a la insistencia de mi padre, quien también quería que estudiase magisterio, y como yo no sabía qué hacer decidí hacerle caso. Gracias a Dios no me equivoqué y ahora estoy cursando 3º de carrera. Ahora soy un joven aficionado a la música que espera dar clases dentro de poco para enseñar a los niños todo lo que he aprendido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario